Un niño malayo que se había cortado un dedo mientras intentaba abrir un coco fue al hospital buscando que se lo reinsertaran pero terminaron arrojando su falange por el inodoro.
Al ver el accidente que había sufrido Muhamad Shaeidil Amir, de tan sólo 11 años, su madre, Zuraiza Omar guardó el dedo en un tarro con hielo y corrió al hostpital con su hijo para que los médicos se lo reinsertaran.
Sin embargo, al llegar a la clínica, se encontraron con un empleado que les pidió la falange, la analizó y la arrojó al inodoro, al considerar que "no estaba en condiciones de ser reinsertada".
"Mi hijo fue derivado al Hospital Sultanah Bahiyah a las 11 de la mañana. Allí llevé el dedo, que había empaquetado previamente con hielo", explicó la angustiada madre.
"Cuando llegamos, fuimos atendidos por personal de la guardia médica. Allí me pidieron el dedo. El empleado lo vio y dijo que no podía ser reinsertado. Salió del cuarto y regresó a los pocos minutos", agregó.
"En ese momento, otro de los médicos le pidió el dedo de mi hijo y él contestó que lo había arrojado por el inodoro. En ese momento pude ver la cara de sorpresa del médico", manifestó la madre.
Luego de este trágico incidente, la señora Omar realizó la denuncia policial correspondiente.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Que no es usted el de brazo por pierna pierna por brazo?
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