Cuando la gente tiene hambre puede comerse cualquier cosa, y cuando no la tiene también. El periódico de Medicina Nueva Inglaterra (inglés) informó, según cuenta la CNN (inglés), hace poco sobre un caso de una mujer de 18 años que había ido a un especialista porque le dolía mucho el estómago. Llevaba sufriendo desde hacía cinco meses vómitos y dolores en su abdomen.
De esta forma descubrieron que desde hacía tiempo la paciente se había ido comiendo su propio pelo. Pero no por placer.
Esta acción es una enfermedad llamada tricofagia. Es un trastorno de la conducta que consiste en engullir los propios cabellos o los de otra persona. Su acumulación en las vías digestivas puede causar trastornos serios debido al bloqueo gástrico o intestinal.
Tras eliminar la bola de pelo, a los cinco días la mujer ya comía bien. Después de este suceso, dejó de comerse el pelo.
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