Las dificultades para manejar el display táctil del iPhone llevaron a un hombre a someterse a una cirugía de pulgares que le facilitara el uso de su teléfono.
Una verdadera fiebre invadió Estados Unidos tras el lanzamiento del iPhone, el teléfono celular que llegó a ser comparado con el mismo Jesucristo, que convirtió en "pacientes" a los fanáticos de la tecnología, obligándolos a aguardar día y noche al frente de los negocios para curarse en el único modo posible: comprándose uno.Pero para Thomas Martel, de 28 años, residente en Denver, los problemas comenzaron cuando adquirió el modelo, dotado con un display táctil, cuyos íconos resultaban muy pequeños para su pulgar, un verdadero "dedo gordo".Ante la inexistencia de "Fat iPhones" y, probablemente consciente de que para cuando pudiera adquirir el peso ideal para manejar con pericia el aparato, este ya sería una pieza de museo, se sometió a una suerte de "liposucción dactilar".Esta costosa intervención quirúrgica consiste en una pequeña incisión en ambos pulgares que se encarga de limar el hueso interno, entregándole unos dedos delgados que contrastan con el resto de su mano. Tras la operación, afirma que le resulta más difícil abrir enlatados y frascos, pero que está feliz de poder usar su teléfono.
martes, 14 de agosto de 2007
Loco, Enfermo!!!
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